domingo, 1 de mayo de 2011

Refranes de bienes:

4 comentarios:

  1. Principio,
    quieren las cosas.

    Sazón,
    quieren las cosas.

    Cada cosa,
    por su nombre.

    Muchas veces,
    no son las cosas lo que parecen.

    Cada cosa que ves,
    tiene su haz y su envés.

    Cada cosa que ves,
    son dos cosas o tres.

    Cada cosa en su sitio,
    y un sitio para cada cosa.

    En su lugar cada cosa,
    y los dineros, en la bolsa.

    La cosa más baladí,
    para algo puede servir.

    No hay en el mundo cosa,
    que para algo no sea provechosa.

    Tal cosa desecharás,
    que mañana la desearás.

    Vaya una cosa,
    por la otra.

    No hay quien en sus cosas,
    sepa tanto como en las ajenas.

    Nueva cosa,
    casi siempre dañosa.

    Cada cosa tiene dos asas,
    una que está fría y otra que abrasa.

    Malo o bueno,
    cada cosa tiene su asidero.

    Nada tiene,
    quien nada le basta.

    De quien nada le basta,
    puede decirse que: por mucho que
    tenga, no tiene nada.

    Quien nada tiene,
    nada vale.

    Nada teme perder,
    quien nada tiene.

    Quien todo lo quiere,
    todo lo pierde.

    Bien se sabe atrever,
    quien nada tiene que perder.

    Nadie sabe lo que tiene,
    hasta que lo pierde.

    Nadie sabe lo que tiene,
    si tiene quien lo mantiene.

    Más se perdió en Cuba,
    y venían cantando.

    Quien guarda,
    haya.

    Lo que más escasea,
    más se desea.

    Más vale tener,
    que no, desear.

    Quien tuvo,
    retuvo.

    Cada dueño,
    tiene su sueño.

    El no tener algo,
    desluce al mejor hidalgo.

    No hay tales bienes,
    como los que a la vista tienes.

    Pocos cuidados tienes,
    si tienes pocos bienes.

    Quien sus bienes da en vida,
    merece que le den con una porra en la barriga.

    Bienes que ocasionan males,
    no son tales.

    De todo algo,
    y de nada mucho.

    Algo es algo,
    menos es nada.

    Algo es mierda,
    pues estercola la tierra.

    Quien una tiene,
    otra quiere.

    Lo uno,
    (lleva / llama) a lo otro.

    Uno y ninguno,
    todo es uno.

    Una y mala,
    no vale nada.

    Una,
    ninguna.

    Una,
    no es ninguna,
    dos,
    es una,
    tres,
    familia es.

    Menos de tres,
    poco es.

    Los números nones,
    son los mejores,
    y el número tres,
    el mejor de todos es.

    El numero tres,
    perfecto es.

    Cinco no son montón,
    pero siete ya lo son.

    Nones han de ser,
    y no doy mi brazo a torcer.

    Quien a lo poco está ducho,
    no necesita mucho.

    Muchos pocos,
    hacen un mucho.

    Más vale pocos muchos,
    que muchos pocos.

    Más vale muchos pocos,
    que pocos muchos.

    Quien por mucho deja lo poco,
    suele perder lo uno y lo otro.

    Más vale poseer lo poco,
    que esperar lo mucho.

    Dejé lo mediano, buscando lo mejor,
    y di en lo peor.

    En lo que se toma a bulto,
    engaño hay oculto.

    Lo poco,
    es poco,
    pero nada,
    es menos.

    Cuando poco algo,
    cuando mucho nada.

    Lo poco agrada,
    y lo mucho enfada.

    Lo mucho se gasta,
    y lo poco basta.

    Lo que es de muchos,
    es de pocos.

    Tras lo más,
    lo menos va.

    Quita lo más,
    a lo menos.

    Ni tanto,
    ni tan poco.

    Tu montón y mi montón,
    cuando más separados mejor.

    Quien parte y reparte,
    se lleva la mejor parte.

    Quien desparte,
    se lleva la peor parte.

    No partiste,
    no reñiste.

    A escote,
    no hay pegote.

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  2. Más vale que sobre,
    que no, que falte.

    La ley del embudo,
    para mí lo ancho, para ti lo agudo.

    Si sale cara, gano yo,
    y si sale cruz, pierdes tú.

    A la chita callando,
    hay quien se va aprovechando.

    Hay quien hace ruido,
    para sacar partido.

    Mucho ruido,
    y pocas nueces.

    Siempre dan las nueces,
    al que menos las merece.

    Después de tanta fantasía,
    una vana y dos vacías.

    No hay cosa oculta,
    que no se descubra.

    Guarda bien pero no tanto,
    que no halles lo guardado.

    Guarda bien lo tuyo,
    y no harán ladrón a ninguno.

    Cosa mal guardada,
    de ladrones es bien robada.

    Cosa hallada,
    no es hurtada.

    Por prestar, el enemigo es amigo,
    y el amigo enemigo.

    El prestar descompadra a los amigos,
    y compadra a los enemigos.

    El prestar gana enemigos,
    y pierde amigos.

    Lo prestado,
    (es primo hermano de lo dado / es pariente de lo regalado).

    A lo dado,
    no se le busca lado.

    Santa Rita, Rita,
    lo que se da, no se quita.

    Enteramente de balde,
    no se da nada a nadie.

    Dádivas y buenas razones,
    ablandan piedras y corazones.

    Dádivas quebrantan peñas,
    y hacen venir a las greñas.

    Dádivas,
    quebrantan peñas.

    Dádivas aceptaste,
    prevaricaste.

    Quien dádivas emprende,
    su libertad vende.

    Dádiva de ruin,
    a su dueño parece.

    Dádiva forzada,
    no merece gracias.

    Dádiva de lo mal ganado,
    no la recibe Dios con agrado.

    Dádiva retenida,
    no es agradecida.

    Dádivas de señores,
    suelen costar sinsabores.

    De ruin mano,
    ruin regalo.

    Regalo de pobrezuelo,
    no es regalo sino anzuelo.

    El buen regalar,
    más que dinero requiere ingenio.

    Escoge de manera los regalos,
    que siempre te recuerde con gusto lo regalado.

    Regalos, regalos,
    ¿a cuantos buenos, hicisteis malos?.

    Raro es el regalo,
    tras el que no se esconde algo malo.

    Lo regalado,
    no es de balde dado.

    Quien acepta un presente,
    su libertad compromete.

    De lo que deseo,
    hasta que me lo tiente con el deo.

    Lo muy deseado,
    solo es estimado,
    hasta verlo logrado.

    Dame que elegir,
    y me darás que sufrir.

    Escoger y acertar,
    no siempre van a la par.

    Quien tiene donde escoger,
    tiene qué hacer.

    Quien busca las escogidas,
    se queda con las raídas.

    Mucho apretar,
    pronto aflojar.

    Quien mucho abarca,
    poco aprieta.

    Quien menos procura,
    alcanza más bien.

    Si no, sobra,
    es que falta.

    Lo que sobra,
    honra,
    y lo que resta,
    hace la fiesta.

    De lo que no cuesta,
    llenemos la cesta.

    De lo que es ajeno y me aprovecha,
    echa.

    De lo propio, se da un puñado,
    de lo ajeno, se llena el saco.

    Repartiendo de lo ajeno,
    ninguno es cicatero.

    Todos son generosos,
    con lo ajeno.

    Todo lo ajeno,
    parece bueno,
    menos el hombre ajeno,
    sobre la mujer propia.

    Ajeno,
    es todo lo que se desea.

    De lo ajeno,
    mucho y bueno.

    Lleno y ajeno,
    dos veces bueno.

    Llena o vacía,
    menos la quiero tuya que mía.

    Saca, pero pon,
    y siempre habrá en el bolsón.

    Sacando y no echando,
    al fin se va llegando.

    Lo que mucho se usa,
    poco dura.

    De lo que por sutil se quiebra,
    no hagas hebra.

    Quien rompe,
    paga.

    La buena vaina,
    no hace buena la espada.

    Espada, membrillo y mujer,
    si han de ser buenos, de Toledo han de ser.

    El hombre ha de tener tres cosas codiciadas,
    su mujer, su caballo y su espada.

    Quien presta su caballo para garrochar,
    y a su mujer para bailar,
    nada tiene que reclamar.

    Caballo que llene las piernas,
    gallo que llene las manos,
    y mujer que llene los brazos.

    El buen caballo,
    de ladridos no hace caso.

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  3. Caballo grande,
    ande o no ande.

    Caballo hermoso,
    de potro sarnoso.

    Caballo bonito,
    corto y gordito.

    Chico caballo,
    presto almohazado.

    El ojo del dueño,
    engorda el caballo.

    A caballo de alquiler,
    mucha carga y mal comer.

    Caballo alquilado,
    nunca cansado.

    A caballo de presente,
    no se le mira el diente.

    A caballo regalado,
    no le mires el dentado.

    Caballo de regalo,
    tenlo por bueno, aunque sea malo.

    Caballo de regalo,
    para la vista bueno, para el trabajo malo.

    Rucio rodado,
    antes muerto que cansado.

    Alazán tostado,
    antes muerto que cansado.

    Caballo argel,
    no des ni un real por él.

    Caballo hovero,
    a puerta de albéitar o gran caballero.

    Caballo hovero,
    ni regalado lo quiero.

    Caballo castaño oscuro,
    bueno para lo plano y lo duro.

    Caballo castaño oscuro,
    para el dueño es muy seguro.

    Caballo zaino o morcillo,
    o ciego o flojillo.

    Caballo ruán,
    muchos le loan y pocos le han.

    Caballo y yegua,
    cabálgalos en la crucera,
    asno y mulo,
    cabálgalos en el culo.

    A caballo que se empaca,
    darle estaca.

    A caballo que vuela,
    ¿para qué las espuelas?.

    A caballo ajeno,
    espuelas propias.

    A caballo grande,
    grandes espuelas.

    Caballo sin espuelas,
    barco sin remos ni vela.

    Reniego de caballo,
    que se enfrena por el rabo.

    El caballo se ata con el freno,
    y el hombre, con su verbo.

    Caballo que con tres años ve una yegua y no relincha,
    o no le gusta la yegua o tiene prieta la cincha.

    Caballo viejo para cabalgar,
    leña vieja para quemar,
    vino añejo para beber,
    amigos viejos para conversar,
    y libros viejos para leer.

    Caballo viejo,
    no aprende trote nuevo.

    Cada cual,
    conoce el trote de su caballo.

    A falta de caballos,
    troten los asnos.

    No hay que arrear,
    al ganado flaco.

    Guarniciones y crin,
    dan venta al rocín.

    Rocín de hidalgo,
    seco como un galgo.

    El rocín, para polvo,
    la mula, para lodo,
    y el mulo, para todo.

    Un jumento,
    hace ciento.

    El asno enamorado,
    muéstralo a coces y a bocados.

    El asno del gitano,
    ve el palo y alarga el paso.

    La culpa del asno,
    no se ha de echar a la albarda.

    Borriquillo moruno,
    vivo cual ninguno.

    Burro pequeñín,
    siempre es nuevecín.

    Burros orejicortos, novecientos de cada millar,
    y orejilargos los demás.

    El burro del aceitero,
    siempre se nombra el primero.

    El burro por delante,
    para que no se espante.

    Más vale callar,
    que con borricos hablar.

    Si los burros hablaran,
    cuántos hombres rebuznaran.

    Quien a burros favorece,
    coces merece.

    Burros o coces,
    arrieros a palos y a voces.

    Coz de caballo es dolorosa,
    coz de burro es deshonrosa.

    Porque un burro te de una coz,
    ¿vas tu a darle dos?.

    Burro que gran hambre siente,
    a todo le mete el diente.

    Sábele bien y hácele mal,
    a mi borriquito la hoja de nogal.

    Burro amapolero,
    ni de balde lo quiero.

    Regostose el asno a las berzas,
    y no dejó ni verdes ni secas.

    Quien ya muerto el burro, pienso le echó,
    tarde acordó.

    El burro cayendo y el amo perdiendo,
    los dos se van entendiendo.

    El burro tropezando y el hombre cavilando,
    van adelantando.

    A la corta o a la larga,
    cae el burro con la carga.

    A borrica arrodillada,
    no le dobles la carga.

    Quien al asno alaba,
    tal hijo le nazca.

    Chiquito,
    hasta el asno, es bonito.

    El pollino creciendo,
    burro se va haciendo.

    Bestia que no es tonta,
    sabe quien la monta.

    Quien tiene bestia y anda a pie,
    es más bestia él.

    Irse bestia y volver más,
    muchas veces lo verás.

    Hablar con bestias,
    es para molestias.

    Bestia prestada,
    mal comida y bien caminada.

    Bestia sin cebada,
    nunca te dará buena cabalgada.

    Reniega de bestia,
    que en invierno tiene siesta.

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  4. Sigue en el libro: Diez mil refranes, diez mil verdades.

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